Cuando los seres humanos comenzaron a realizar las primeras representaciones pictóricas en cuevas, se supo de la inmensa capacidad de las imágenes para comunicar y conmover, para educar y representar, en definitiva, para contar historias. El caso de Andrea Armas es una de esas representaciones que tiene hondas raíces que alcanzan a su juventud y convencen de las posibilidades que entraña el deseo de lograr algo. Hace más de 10 años comenzó a tomar fotos y a editarlas. Sin conocimientos técnicos profesionales, pero con la determinación y la curiosidad que la caracterizan, continuó retratando a sus amigos y su familia, su hogar y su rutina durante muchos años. Así sembró una inquietud que le llevaría hasta Erasmus para Jóvenes Emprendedores.
La familia de Andrea siempre la impulsó en la consecución de sus objetivos académicos. Pero, una vez finalizados sus estudios, no tuvo margen para hacer de la fotografía una forma de vida sostenible. De esta forma, comenzó a trabajar en el sector de las ventas. Entre ratos libres y momentos de ocio, continuó cultivando su estilo fotográfico hasta hacerse con cierto renombre en las Islas por desarrollar un formato poco conocido, la fotografía fantástica. No obstante, los años pasaron y el deseo de emprender su propio camino aumentó, de modo que Andrea no tardó mucho en tomar la decisión de dedicarse por completo a la fotografía.
Respondiendo la gran pregunta
La decisión de Andrea vino acompañada con una pregunta muy sensata. ¿Cómo puedo iniciar mi negocio si no tengo los conocimientos suficientes? Ahí es cuando conoció el programa Erasmus para Jóvenes Emprendedores. “No tenía la menor duda de que debía intentarlo”, afirmó Andrea cuando recuerda los meses previos a formalizar su solicitud, al mismo tiempo que trabajaba en la confección de su plan de empresa que, tiempo después, tomaría el nombre de Andrea Artmas.
Desde EYE Canarias orientamos a Andrea en la selección de un destino en el que pudiera dar forma a emocionantes proyectos, al igual que insuflaba vida en las fantásticas criaturas que retrataba en sus fotografías. Así fue como llegó a Irlanda, donde fue acogida por Paul Collins, director de marketing de noise, una agencia de creatividad digital donde Andrea ejerció durante 5 meses como fotógrafa.
“Me he dado cuenta de que soy más fuerte de lo que creía”
Escapando de su zona de confort, Andrea descubrió su valía a medida que se enfrentaba a nuevos desafíos. Un nuevo idioma, una ciudad en el extranjero, estilos de fotografías novedosos y otras formas de trabajar fueron algunos de los retos que Andrea superó con éxito. “Me sentí afortunada de tener a gente a mi alrededor que, pacientemente, me enseñó y me hizo sentir parte del equipo”, señaló.
Con todo esto, consiguió asentar sus ideas, enriqueciendo su plan de empresa. Sin embargo, esto no fue todo, ya que su host extendió su relación profesional con Andrea, que sigue hasta la fecha trabajando con noise. Cada día le permite dibujar con mayor nitidez la forma de su futuro estudio de su fotografía. Aunque la experiencia no se queda solo ahí, ya que el intercambio le ha facilitado un importante crecimiento personal a Andrea, ayudándola a sentirse más segura y preparada: “Me he dado cuenta de que soy más fuerte de lo que creía. Ahora estoy preparada para dar el siguiente paso y lanzar mi propio estudio de fotografía”.
Si tú también quieres formar parte de Erasmus para Jóvenes Emprendedores, ¡consulta toda la información y contáctanos!