En busca de autonomía profesional y mecanismos con los que expresar su desbordante creatividad, Alexander Sisco se topó con Erasmus para Jóvenes Emprendedores. Especializado en paisajismo y jardines verticales, Alexander soñaba desde que tenía memoria con “trabajar en un estudio donde se entremezclase la arquitectura con la creatividad”. El programa EYE llegó hasta él a través de una charla en la universidad y de ahí en adelante, todo fue rodando.
En busca de ese sitio donde se desdibujase la línea entre la arquitectura y la creatividad, Alexander se entrevistó con Giuseppe Vultaggio, de GVultaggio Creative Office, un estudio localizado en Roma, Italia, que se especializa en desarrollar proyectos interdisciplinares donde se cruzan todo tipo de áreas para crear productos con identidad propia. Bajo esa premisa, se dispuso todo para que Alexander pudiera realizar su estancia de 4 meses en Roma motivado por su deseo de traer a Canarias de vuelta un conocimiento estratégico con el que “crear espacios más útiles y agradables”, añadió.
Un equipo diverso crea mejores productos
La integración de Alexander en el equipo de Giuseppe fue sobre ruedas. A pesar de la pequeña barrera lingüística, que se solventó a los pocos días, Alexander recalcó el “agradable ambiente de trabajo” donde se fomentaba la participación de todos sus miembros y la integración de múltiples conocimientos en un mismo proyecto. Precisamente, esto fue algo que impresionó a Alexander, que agradeció la oportunidad de extender la idea de su modelo de negocio con instrumentos esenciales como es la comunicación y la estrategia de visibilización de los proyectos: “No tenía en cuenta que al final del proceso de creación de un producto, hay que desarrollar una estrategia de comunicación”.
Giuseppe quiso enfatizar que todos los objetivos marcados en esa primera entrevista fueron cumplidos: “Tenemos una sensación general de satisfacción después de haber logrado todo lo que nos propusimos al principio”. Para Alexander, la sensación fue compartida. Esa misma satisfacción se multiplicó más incluso cuando uno de los proyectos en los que trabajaron fue publicitado en los periódicos locales de Roma, además de que participó en distintos concursos. Pero, junto con esa agradable sensación de la tarea cumplida con éxito, se adhirió la de un aprendizaje profundo y un enriquecimiento personal y profesional que a Alexander le permitió abrir más su visión de los procesos creativos, para contemplar otros aspectos y obtener una mirada global del conjunto, valorando cada elemento y, consecuentemente, creando un producto más completo.
Ambos reconocieron al final de la estancia que las aportaciones a la empresa de Giuseppe y al proyecto de Alexander fueron positivas. “Animo a cualquier persona emprendedora a participar en EYE y vivir un intercambio que te ayudará a mejorar el idioma, tu plan de empresa, además de impulsarte para conocer a nuevas personas con culturas de trabajo distintas”, añadió Alexander. Y la cosa no acabó aquí, porque ambos decidieron mantener el contacto de cara a futuras colaboración en proyectos que siguen enriqueciendo el portfolio profesional de Alexander.
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