Cuando Ayarit Guanche, una tinerfeña graduada en Historia del Arte, finalizó sus estudios, se planteó cómo podía poner su grano de arena para apoyar al ecosistema artístico y cultural local. Así fue como forjó su sueño de abrir una galería-cafetería, su propia lanzadera para el arte local. Un espacio multidisciplinar que estuviese al servicio de las personas, un lugar para desarrollar talleres, actividades, coloquios y exposiciones, pero también de encuentro con una oferta de bebidas y aperitivos que generasen una experiencia única.
La idea no era descabellada, había muchos modelos de negocio parecidos y de los que rescatar ideas. Sin embargo, Ayarit se enfrentó a un importante reto, y es que no contaba con los conocimientos suficientes para hilar un plan de empresa lo suficientemente amplio y profundo como para fundamentar su propuesta. Casualmente, Ayarit ya conocía a Erasmus para Jóvenes Emprendedores y, en cuanto nos contactó, le facilitamos todo el asesoramiento necesario para formalizar su intercambio.
El destino no fue un problema. Precisamente, Ayarit había realizado una estancia a través del programa de intercambio académico Erasmus+ en Berlín y tuvo claro que deseaba volver a “esa ciudad cosmopolita repleta de artistas”, añadió. De hecho, ese bagaje previo en la capital alemana le permitió contactar rápidamente con su futuro ‘host’, Jordi Bisquert. Este artista y propietario de la galería y cafetería ‘Let it Bleed’ le acompañó durante 6 meses para desarrollar su plan de negocio.
Creciendo, conociendo, construyendo
“Parte del equipo”, así se sentía Ayarit a los pocos días de incorporarse al negocio. A medida que pasaron los días y las semanas, pudo conocer estrechamente a la comunidad artística y clientela hasta el punto de conformar una especie de familia, con rostros conocidos y buenas relaciones que trascendieron lo profesional, para convertirse en amistades y colegas, muchos de los cuales, de hecho, le ayudaron a construir su propio proyecto artístico que comenzó de forma improvisada en el escritorio.
Ayarit comenzó realizando tareas de servicio al cliente, lo cual le ayudó a conocer en profundidad a las personas que acudían al espacio, sus perfiles e intereses, al igual que a la propia comunidad de artistas que participaba en las actividades organizadas. Poco a poco, sus tareas viraron hacia la propia logística del negocio, como las actividades rutinarias administrativas o el mantenimiento y gestión de la propia tienda. También tuvo la oportunidad de ejecutar la comunicación del negocio y su estrategia de marketing a través de redes sociales.
Al final de su experiencia, Ayarit pudo conocer todas las dimensiones del negocio con el que soñaba, lo cual reconoce que le fue de gran ayuda para dimensionar y concretar su plan de empresa, especialmente aspectos como la estrategia financiera para ejecutarlo. Para Jordi, su ‘host’, el intercambio no pudo ser más fructífero, haciendo hincapié en el crecimiento experimentado por Ayarit: “En 6 meses he visto cómo una persona insegura por su falta de experiencia ha sido capaz de tomar el control y realizar las tarea encomendadas, involucrándose activamente en las dinámicas de trabajo colectivas”. Además, EYE no es una vía unidireccional para que las personas emprendedoras construyan negocios de éxito, sino que las empresas que los acogen se pueden beneficiar activamente de conocimientos frescos e ideas disruptivas, y Jordi supo verlo, como recalcó: “Ayarit ha sido de una ayuda imprescindible para el negocio, pero también para intercambiar conocimientos”.
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